Definición: El riego rodado es un sistema tradicional y antiguo de irrigación que se ha utilizado históricamente en jardinería y cultivo. Se basa en la distribución del agua por medio de su desplazamiento sobre la superficie del terreno, generalmente utilizando agua almacenada en embalses, pantanos o fuentes similares.
Funcionamiento: En el riego rodado, el agua se extrae de un depósito o fuente y se distribuye sobre el terreno de cultivo. El agua se mueve por la superficie del suelo, regando la zona de manera más o menos uniforme, aunque con ciertas limitaciones en términos de precisión y eficiencia.
Ventajas:
Cobertura Completa: Permite regar toda la zona de cultivo, asegurando que las plantas reciban agua en todas las áreas del terreno.
Simplicidad: Es un método sencillo y fácil de implementar, especialmente en terrenos que no requieren una alta precisión en la distribución del agua.
Desventajas:
Distribución Inhomogénea: Es difícil lograr una distribución uniforme del agua en toda el área de cultivo, lo que puede resultar en zonas con exceso o déficit de agua.
Baja Eficiencia: La eficiencia en el uso del agua es baja debido a las pérdidas por evaporación y la posible infiltración en áreas no deseadas.
Grandes Pérdidas por Evaporación: El sistema presenta significativas pérdidas de agua debido a la evaporación, especialmente en climas cálidos y secos.
Consideraciones Adicionales:
Requerimientos de Agua: Este método requiere grandes cantidades de agua, lo que puede ser un inconveniente en regiones con escasez de recursos hídricos.
Mantenimiento: Aunque el sistema es sencillo, puede necesitar mantenimiento para evitar problemas como el estancamiento del agua o la erosión del suelo.
Aplicaciones Modernas: El riego rodado ha sido reemplazado en gran medida por técnicas más eficientes, como el riego por goteo y aspersión, que permiten un uso más controlado y eficiente del agua. Sin embargo, todavía se puede encontrar en ciertos contextos históricos o en áreas donde se valoran métodos tradicionales de cultivo.