La resistencia es la oposición que un material o componente ofrece al flujo de corriente eléctrica en un circuito cerrado. En términos simples, es la «fricción» que los electrones encuentran al moverse a través de un conductor. Esta oposición ralentiza o atenúa el libre flujo de las cargas eléctricas, lo que puede ser útil para controlar la cantidad de corriente en un circuito y proteger los componentes electrónicos sensibles.
La resistencia se mide en ohms (Ω), y su magnitud depende del material, la longitud y el grosor del conductor. Los conductores con baja resistencia, como los metales, permiten un flujo de corriente más libre, mientras que los materiales con alta resistencia, como los aislantes, restringen el flujo.
En un circuito eléctrico, la resistencia juega un papel crucial en la determinación de cómo se distribuye la corriente y la tensión (voltaje) en los diferentes componentes. Un ejemplo común de resistencia en uso es el filamento de una bombilla, donde la alta resistencia del filamento convierte la energía eléctrica en luz y calor. Además, la resistencia es fundamental en el diseño de circuitos, ya que ayuda a regular la corriente para evitar daños a los componentes y optimizar el rendimiento del sistema.